La neumonía es una infección de uno o los dos pulmones. Muchos gérmenes, como bacterias, virus u hongos, pueden causarla. También se puede desarrollar al inhalar líquidos o químicos. Las personas con mayor riesgo son las mayores de 65 años o menores de dos años o aquellas personas que tienen otros problemas de salud.
Los síntomas de la neumonía varían de leves a severos. Vea a su doctor a la brevedad si usted:
• Tiene fiebre alta
• Tiene escalofríos
• Tiene tos con flema que no mejora o empeora
• Le falta la respiración al hacer sus tareas diarias
• Le duele el pecho al respirar o toser
• Se siente peor después de un resfrío o gripe
Su médico usará su historial médico, un examen físico y pruebas de laboratorio para diagnosticar la neumonía. El tratamiento depende del tipo que usted tenga. Si las bacterias son la causa, los antibióticos deberán ayudar. Si usted tiene neumonía viral, el médico puede recetar un medicamento antiviral para tratarla.
Es mejor prevenir la neumonía que tratarla. Hay vacunas disponibles para prevenir la neumonía neumocócica y la gripe. Otras medidas preventivas incluyen lavarse las manos con frecuencia y no fumar.
¿Cómo se trata la neumonía?
El tratamiento depende del tipo de neumonía que tiene, de cuán grave son los síntomas, de cuán sano está en general y de su edad.
Para la neumonía bacteriana, es probable que su médico recete antibióticos. La mayoría de los síntomas deben mejorar en el término de algunos días, aunque la tos puede durar varias semanas. Asegúrese de seguir con cuidado las indicaciones de su médico. Use todo el medicamento antibiótico que recete su médico. De lo contrario, pueden permanecer algunas bacterias en el cuerpo. Esto puede hacer que reaparezca la neumonía. También puede aumentar el riesgo de resistencia a los antibióticos.
Los antibióticos no funcionan para tratar las infecciones virales. Si usted tiene una neumonía viral, es probable que su médico hable con usted sobre las maneras de tratar los síntomas. Hay medicamentos de venta libre (OTC, por sus siglas en inglés) disponibles para bajar la fiebre y aliviar el dolor y la tos. Sin embargo, tener algo de tos está bien dado que puede ayudar a limpiar los pulmones. Asegúrese de hablar con su médico antes de tomar un inhibidor de la tos.
Si la neumonía es provocada por un hongo, es posible que su médico le recete un medicamento antimicótico.
Si su caso de neumonía es grave, es posible que necesite ser hospitalizado. Si está experimentando falta de aire, pueden darle oxígeno para ayudar a su respiración. También podría recibir antibióticos por vía intravenosa (por vía IV). Las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado, alguna enfermedad cardíaca o alguna afección pulmonar, y las personas que ya estuvieron muy indispuestas antes de desarrollar neumonía tienen más probabilidades de ser hospitalizadas. Los bebés, los niños pequeños y los adultos que tienen 65 años o más también tienen un mayor riesgo.